sábado, 17 de febrero de 2024

¿QUÉ MAL HICIMOS LOS ARGENTINOS?

                                                      


Como una maldición bíblica empezaron a llover calamidades de todo orden sobre la sociedad: licuación del salario que se derrite literalmente en las manos después de la brutal devaluación del gobierno libertario, suba del precio del transporte (que es vital para mantener la dinámica laboral) a niveles nunca vistos, suba sin freno de prepagas, combustibles, carne, arroz, pan, lácteos, yerba, aceite. 

Con la vigencia del DNU masivo, ya nada parece tener control en la Argentina, desaparecieron las regulaciones y vemos en crudo la terrible voracidad del mercado elevado a semidiós por las corporaciones y grupos económicos que se apresuraron a rodear al Gobierno que llegó casi huérfano al poder. 

La presencia de Federico Sturzenegger en el gabinete y acompañando los “paquetes” impositivos, fiscales y económicos dejan claro testimonio de esta mano negra detrás del poder. 

¿Quién votó a Sturzenegger? 

Nadie. 

Ni siquiera figuró en los padrones de candidatos en las elecciones. Pero como el Ministro de economía sólo entiende de finanzas y bonos, gente allegada presionó para que las grandes corporaciones tengan presencia activa en las decisiones y allá fue el cadete Sturzenegger a cumplir su misión.

¿Cuál es la misión de economía? 

Cuando el timón de la economía lo maneja la derecha el resultado siempre es el mismo: transferencia de recursos de la gente a las grandes fortunas que se amparan en el capital. La excusa es que “gastábamos mucho en ayuda social y eso trajo déficit fiscal y hay que ajustar, es decir, detener los gastos sociales y beneficios en la distribución de la renta fiscal” 

¿Qué es lo que se detiene? 

Lo que el Estado recauda a través de impuestos, que son sumas enormes, piense nada más que cada vez que usted hace una compra, desde un kilo de cebollas a un automóvil 0 km, el 21 % de lo que paga va al Estado como IVA. No le cuento todos los demás impuestos a la renta, a las ganancias, a las propiedades, a las exportaciones, a las importaciones, a la circulación de bienes y servicios, etc. etc... 

Esos enormes recursos que recauda el Estado conforman una inmensa masa de dinero y activos que administra el Estado, especialmente el poder ejecutivo a través de los ministerios.

Ese dinero en ronda es el que se disputan quienes acceden al poder. La ayuda social es un gasto. Si la eliminamos, el dinero queda disponible para otro destino. Al Gobierno actual no parece importarle las consecuencias de cortar abruptamente los recursos a comedores infantiles, escuelas (donde muchos niños/as almuerzan a veces como única comida del día para zonas muy pobres), transporte para ir y venir al trabajo o la escuela, hospitales, universidades, colegios. 

La política liberal del “sálvese quien pueda mientras yo viva bien” necesita de adherentes que se han desprendido de su contexto social y viven en un ensueño egoísta. El mismo Presidente parece estar viviendo un video-game en el que no importa si el barco en el que navegamos los casi 50 millones de argentinos tiene destino a flota a la deriva. Por ahora él solamente percibe enemigos y su mayor preocupación parece estar en derribar oponentes por twitter, viajar por sinagogas y catedrales y ocultar la papada al sacarse una foto. 

Todo es maquillaje, mientras en el país el descontento ya está a la vista y se ve mucho más fácilmente que una papada.

 

Alejandro Bovino Maciel

Buenos Aires, febrero 2024

 

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Alejandro Bovino

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