miércoles, 26 de enero de 2011

LA DAMA OXIDADA Y EL COW BOY DIFUNTO



LOS PRINCIPIOS DE LA DAMA DE HIERRO Y EL COW-BOY

Sé que no es grato recordar a Margaret Thatcher (1925…) pero buscando otras cosas hallé este relicario de joyas del pensamiento pragmático, adjudicados a la ex Dama de Hierro:
  • Cualquier mujer que entienda los problemas de dirigir un hogar estará más cerca de comprender los problemas de dirigir un país.
  • La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado.
  • Nadie recordaría al Buen Samaritano si sólo tuviera buenas intenciones. También tenía dinero.
  • No digas mentiras deliberadas; pero algunas veces tienes que ser evasivo.
  • No puede haber libertad sin que haya libertad económica.
  • Si quieres que algo se diga, pídeselo a un hombre; si quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer.
  • Si tu única oportunidad es ser igual, entonces no es igualdad.
  • Una de las cosas que me ha enseñado la política es que los hombres no son un sexo razonado ni razonable.
Ya vemos que la ética no es la guía primordial de su pensamiento cuando reconoce que no decir la verdad es “ser evasivo”, y que para entrar en el evangelio el Samaritano necesitó denarios y dineros; o dicho en otros términos, alguien sin dinero no podría entrar en el club de Mrs. Thatcher aunque años después su hijo terminara incriminado en maniobras de corrupción en África, como terminó el hijo de la Dama de Hierro. Pero esas son minucias, para una estadista de cuño thatcheriano.
Cuando ganó la presidencia del Partido Conservador, en 1975 ya se perfilaba en su programa político el perfil que después definiría al neocapitalismo: desregulación financiera (es decir, apartar al Estado de la fijación de normas para los movimientos financieros que, obviamente, alientan la especulación, ¿o usted conoce algún financista con sólida vocación por el trabajo?...), la flexibilización laboral, que es otra forma de decir que se quitarán los beneficios obtenidos por la clase obrera luego de siglos de luchas, y la privatización a ultranza de las empresas públicas y anular el subsidio a educación y salud públicas, que no producen ganancias líquidas porque se administra a los pobres, que no pueden pagarlas. Así de simple.
Margaret ganó las elecciones en 1979 convirtiéndose en la primera mujer Premier de Inglaterra, cargo que desempeñó hasta 1990 cuando la sucedió su secretario de hacienda, John Mayor. Su gobierno revolvió las viejas recetas de libertad económica, mojigatería cristiana, valores tradicionales, patrioterismo militante (fue uno de los obstáculos que tuvo que vencer la Comunidad Europea en los últimos pasos para su definitiva integración), adhesión filial a los EEUU y enemistad con el mundo no-neoliberal.
A raíz de sus medidas, estuvo a punto de perder las elecciones en 1982 pero con la Guerra de Malvinas, nuestros próceres militares le sirvieron en bandeja un nuevo triunfo parlamentario.  

Lo realmente revulsivo fue la Guía mundial de pensamiento utilitarista salvaje que reimplantaron para el Planeta la conjunción de esta “ama de casa” y el “cow boy” difunto Ronald Reagan (QEPD). Ninguno de los dos descollaba como estadistas, Reagan ni siquiera como actor, que lo fue y de los pésimos; y entonces, nos preguntamos: ¿cómo llegaron a dominar el pensamiento económico mundial estas dos personas sin brillo y sin grandes ideas innovadoras?
Sin grandes ideas.
Bah, sin ideas, simplemente.
He aquí algunas gemas del pensamiento de Reagan:
·         Acabo de firmar la legislación que declarará a Rusia ilegal para siempre; empezamos a bombardear en 5 minutos.
·         El aborto sólo lo apoyan las personas que ya han nacido.
·         El contribuyente es una persona que trabaja para el Gobierno, pero sin haber hecho las oposiciones a funcionario.
·         El gobierno es como un bebé. Un canal alimenticio con gran apetito en un extremo y sin ningún sentido de responsabilidad en el otro.
·         El ochenta por ciento de la contaminación del aire proviene de las plantas y de los árboles.
·         Estoy a favor del Acta de Derechos Civiles de 1964 y debe hacerse cumplir a mano armada si es necesario.
·         La política no es una mala profesión. Si tienes éxito hay muchas recompensas, si caes en desgracia siempre puedes escribir un libro.
·         La vegetación que crece y decae en esta tierra es responsable del 93% de los óxidos de nitrógeno.
·         ¿Por qué debemos subsidiar la curiosidad intelectual?
·         Todos los desperdicios en un año de una planta nuclear se pueden guardar debajo de un escritorio.
·         Yo habría votado en contra del Acta de Derechos Civiles de 1964.

Ya verá, el cauto lector, la avisada lectora, las iluminarias intelectuales que guiaron el Mundo en los “felices ’80  y ‘90” si el presidente de la nación líder del Planeta dice que los árboles son los mayores contaminantes de la atmósfera y que los desperdicios anuales de una planta  nuclear se pueden guardar bajo un escritorio (me pregunto, de paso, ¿por qué no los guardó bajo el suyo, así nos libraba unos cuantos años antes de sus decisiones fatales?) es que estamos en serios problemas como especie.
¿Qué puedo esperar de los gobiernos de Asia o África después que los líderes mundiales del ámbito anglosajón se despacharan con semejantes axiomas sin que nadie discutiera los enormes y peligrosos disparates que contienen estas ‘muestras gratis’  de sus políticas de gobierno? 
No recuerdo amplios debates en torno a estas ideas que fueron expuestas públicamente en su momento.
Los ecos de estas desventuras resonaron en Latinoamérica con las acciones de Fujimori en Perú, encabezando un grupo comando militar para recuperar la Embajada de Japón, como si fuese la clonación oriental de Rambo entrando a fuerza de metrallas, la hegemonía de Pinochet en Chile y Stroessner en Paraguay (intocables), la fotocopia argentina del programa económico ejecutada por el inefable Domingo Cavallo y los dislates de Menem en el discurso inaugural de la Feria del Libro donde nos avisó que Sócrates, a quien creíamos un maestro oral, escribió obras. Y que Menem las leyó.
De ser así, no parece haber aprendido nada, pero es un vicio propio de los ultraliberales: aprenden el catecismo del libre mercado y después ya no les hace falta saber nada más. Ya lo saben todo. O como dice la iluminada maestra Thatcher: en política se aprende que el hombre no es un sexo razonado ni razonable.
Si se refería a Menem, tiene toda la razón, eso no se lo puedo discutir ni a la Dama de Hierro.

Alejandro Bovino

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