Leí
al predicador Claudio Fauchet, entre sus libros, fray Cayetano. Decía que la
primera virtud de una persona es la libertad y que no hay fanatismo sin
violencia, ¿cómo defender la independencia que se nos usurpó sin levantar la
idea de libertad hasta el fanatismo? ¿Qué pasaría si saliese yo a la calle a
vociferar contra el virrey que nos oprime? Toda la gendarmería española se me
vendría encima y yo me quedaría sin libertad, sin ideas y sin cabeza para
pensar una salida.
No,
Marianito, ahora no. Hay que cultivar la paciencia que es hija de la fe, y si
no, que te lo diga el pobre Job que vio morir a sus hijos, derrumbarse su casa,
quemarse sus sembradíos, exterminarse su ganado de las pestes, llenársele el
cuerpo de lepra pero seguía creyendo en un Dios que sólo le enviaba desgracias.
El pobre Job perdió todo, menos la fe. La fe nos mantiene vivos. No lo olvides
nunca.
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