sábado, 21 de noviembre de 2009

PSIQUIATRAS ASESINOS

PSIQUIATRAS ASESINOS


Nuevamente la locura asesina hizo explosión en EEUU. Los distintos medios reinformación no acuerdan en la profesión del mayor Nidal Malik Hasan. Cuando unos lo presentan como “psicólogos” otros dicen que es “psiquiatra”. Para el común de la gente ambas profesiones son iguales, es mi deber aclarar que el psicólogo es un profesional adiestrado en las distintas disciplinas que hacen al funcionamiento de la mente humana haciendo abstracción al componente orgánico, físico. En cambio el psiquiatra es un médico especializado en la atención integral de las enfermedades mentales, sin hacer abstracción de nada, es decir, teniendo en cuenta como médico el cuerpo físico, anatómico y fisiológico en el que esa enfermedad se expresa. Como médico, el psiquiatra puede asumir todos los actos médicos: pedir estudios, sugerir conductas a otras especialidades, prescribir medicamentos, controlar tratamientos.
Nada de esto puede hacer un psicólogo ya que desconoce la anatomía, la fisiología, la patología médica, la farmacología, etc. etc.
Por eso resulta extraño que los diarios confundan lo mismo que confunde el común de la gente.
Pero no era esta mi intención. ¿Qué sucedió el día 6 de noviembre en la base militar de Fort Hood? El mayor Nidal Malik Hasan entró y la emprendió a tiros asesinando al azar (como hace la naturaleza o Dios) a 13 personas e hiriendo a otras 30. ¿Qué llevó al mayor Hasan a esta conducta criminal masiva? Obviamente, lo ignoramos pero podemos conjeturar algunas sugerentes cuestiones. El finado Aristóteles definió al hombre (y la mujer) como un “animal social”, esto significa que la vida social es instintiva y constitutiva de cada uno de nosotros. Siempre que se forman guetos de exclusión, como el ejército en el que se aísla a un grupo humano para vivir una forma de convivencia artificial, basada en reglamentos militares (o religiosos, o dietéticos, o pedagógicos…, busque usted la variante que desee) más tarde o más temprano se genera una distorsión en la lectura de la realidad. Piense en todos los chiflados como David Koresh encerrando gente para vivir “experiencias místicas” que terminaron en una matanza y suicidios colectivos, en aquel otro episodio de Guyanas, en el atacante de Kansas (ex~militar), en los suicidas aéreos de la Torres Gemelas y siempre podrá ver que se trata de convivencias enfermas basadas en la separación de un grupo humano del resto de la sociedad para supuestos entrenamientos espirituales que los llevarán a la perfección o alguna forma similar de redención divina. Hay muchos enfermos mentales sueltos; no hablo de aquellos que están recibiendo tratamiento y se desenvuelven en sus distintas vocaciones dentro del medio comunitario que están y deben estar completamente libres porque la enfermedad no debe convertirse en una cárcel para nadie. No. Hablo de enfermos mentales que se creen sanos y jamás recurrieron a una mínima ayuda profesional porque visitar a un psiquiatra “es cosa de locos” y así viven su vida entera sufriendo y haciendo sufrir al prójimo gratuitamente y sin ganancia para nadie. Hasta que un día este buen señor, esta delicada señora, comete un acto digno de registrarse en sórdidas crónicas policiales.
Moraleja: cuidado cuando alguien los invite a separarse de la sociedad, aislarse de su familia y amigos para dedicarse a cualquier forma de “perfección” fanática y alienante. Cuidado con minimizar los síntomas de las complicadas enfermedades mentales y rehusar ayuda profesional sólo por prejuicios medievales. Cuidado con gente que vive coleccionando armas, que se fascina con fusiles, metralletas y revólveres. Algo siniestro está siempre detrás yo ni siquiera me avendría a tomar un mate con chiflados de este tipo.

Alejandro Maciel.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

EL COSTO DE LA VIDA, SEGÚN EL INDEC

EL CONTROVERTIDO INDEC

Ni yo ni usted, querida señora, atribulado señor, manejamos las estadísticas diariamente. Sir Bertrand Russell dijo que las estadísticas son “la mentira matemática” y no andaba muy lejos de la verdad.
El índice de precios que mensualmente nos advierte si hay inflación, deflación o estabilidad económica se hace en base a complicados procesos aritméticos que combinan una ristra de precios actualizados de productos que supuestamente usted y yo compramos todos los días; le digo algunos: leche, pan, harina, carne, aceite, camisas, combustible, servicios.

Hasta aquí, todo bien. Pero resulta que los sesudos demógrafos encargados de decirnos cómo anda la relación entre nuestros sueldos y el costo de vida decidieron que, como dice el evangelio, “no sólo de pan vive el hombre”, también consume tornillos Nº 2 rosca espiral de acero cabeza chata. Sí, estimada señora, leyó bien. En la nómina de los artículos considerados indicadores del gasto diario de los argentinos están los tornillos. No les miento. Y figura también el pan a $ 2,50 el kilo.
Me gustaría que recorriésemos las panaderías como hacemos el jueves santo con las iglesias a ver adónde se encuentra ese kilo de pan a dos pesos y medio. En Buenos Aires está el cartel pero no está el pan. Aquí el pan cuesta $ 7 el kilo, el pan del cartel de la Secretaría de Comercio es un mero anuncio, nunca está disponible para la venta. Los panaderos dicen que el distribuidor de ese pan de $ 2,50 pactado con el Gobierno nunca aparece y entonces ellos se ven obligados a vender el pan “no oficial”, podríamos llamarlo, el “pan clandestino” que cuesta 7 pesos el kilo. Y créame, querida señora, estimado señor que es una pena. En los últimos dos años los precios del pan, la leche, la carne, los huevos, los fideos, el aceite, las verduras y las frutas aumentaron escandalosamente desde los 2 pesos que valía el kilo de pan a los 6 pesos actuales. Pero, mi estimada gente, el precio de los tornillos Nº 2 rosca espiral no sufrió alzas ni bajas, cuestan lo mismo que hace dos años. Por eso, si yo hago las estadísticas para mostrar que los precios no variaron puedo elegir varios productos cuyo precio, sabrá Dios por qué, no aumentó en estos dos años. Entonces, mezclando sabiamente el precio de los tornillos con el de la leche y el pan, los tornillos amortiguan estadísticamente los saltos de precios que acostumbran tener los insumos de la canasta familiar.
Es una verdadera pena que debamos comer todos los días el pan, la leche, los fideos y toda una ristra de productos que nos reclama la mesa. Viviríamos como duques si en vez de comer pan y carne nos alimentásemos de tornillos Nº 2 rosca espiral.
Ya ven, la solución es fácil. Basta leer la planilla mensual del INDEC para saber qué deberíamos comer todos los días para mantener saludable el sueldo.

Alejandro Maciel