jueves, 29 de enero de 2009


Creo que mi gato se volvió chiflado. Ayer buscaba alimentos en mi cama, con ahínco daba zarpazos a las colchas y sábanas buscando algún condumio en forma de alimento balanceado, carne de res o pescado. Alguien querrá pensar que no huelo a jazmines y confundo al pobre animal. Respondo que tampoco huelo a sardinas, carnaza ni ojo de bife y sin embargo el gato Ugo no cejaba en el intento de conseguir calmar su apetitoen mi cama.
Hoy se le dio por atender la puerta. Cada vez que sonaba el timbre se disparaba hasta el zaguán de la puerta de entrada esperando que la abriera para abalanzarse sobre quien llamaba. Un vendedor de aspiradoras, el cartero y mi pobre masajista obesa se sorprendieron al ver salir al gato en vez del patrón cuando llamaron a la puerta.
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1 comentario:

Agnieszka M. Rybarczyk Feder dijo...

El cuento del gato me ha gustado, definitivamente tu gato no está loco, lo que hizo fue que ha evolucionado ...luego de tomar la desición de profesionalizarse. Despues de un arduo entrenamiento de agudizar sus instinos y destrezas ha egresando con título doble : el de centinela detector de seudoamigos y detective de huellas invisibles je je je