¿Qué es la Personalidad?
Hay tantas definiciones de
personalidad como personalidades. En general casi todos los psiquiatras estamos
de acuerdo en ciertos puntos: la personalidad es una especie de modelo
característico de pensamientos, sentimientos y conductas que se mantienen a lo
largo del tiempo y a través de distintas circunstancias otorgándole unidad al
individuo. Pero la personalidad es el último escalón jerárquico de varios
elementos que se reúnen para darle espesor. La personalidad es la síntesis de
ellos.
Observemos el siguiente
esquema:
* Personalidad
* Carácter
* Temperamento
En la base tenemos el Temperamento
que es el sustrato biológico, la especial conformación del SNC, la reactividad
de sus elementos, la mayor o menor rapidez y coordinación con que funciona. Así, hay personas naturalmente
calmas y otras que son irritables y enérgicas desde bebés, es decir sin que
haya intervenido un aprendizaje previo. Desde los estudios de Thomas y Chess
(1977) sabemos que desde los primeros días de vida los bebés no son iguales.
Dividieron tres grupos iniciales: a) bebés fáciles; b) bebés difíciles; c)
bebés de lento arranque. Subiendo en la escala familiar comprobaron que estas
características tendían a mantenerse de padres a hijos, es decir, podrían
atribuirse a condiciones genéticas, hereditarias. Los bebés fáciles son
aquellos que todos querríamos tener: dóciles, adaptables, disfrutan con lo
nuevo y tienden a socializarse fácilmente. Los bebés difíciles son los que nos
gustaría que le tocaran en suertes a nuestras cuñadas: ariscos, irritables, se
fastidian fácilmente, lloran continuamente y en etapas posteriores son de
difícil adaptación en la vida escolar. Son buenos candidatos a ser los niños
problemáticos de las escuelas, dolor de cabeza de padres y docentes. Por
último, los bebés de lento arranque
son inactivos y lerdos y tienden
a reaccionar con más pasividad. Otros investigadores agregaron el tipo d) Bebés tímidos, que son inhibidos y
temerosos de todo lo nuevo y extraño. Serán en el futuro las personalidades con
fuerte base evitativa: introvertidos, cautelosos en extremo y con escasos
vínculos sociales.
Este temperamento de base
hereditaria no es inexorable; marca una tendencia pero puede ser modificado por
la educación, las experiencias, los modelos que se fija el niño, y miles de
factores más que intervienen en la conformación de la personalidad que es una estructura que se
desarrolla en el tiempo y siempre es capaz de remodelar alguna de sus partes.
Si comparamos a la
dualidad Temperamento~Carácter como una moneda, se puede decir siguiendo la
analogía que el Temperamento es el disco de metal de la moneda y el Carácter,
los relieves y dibujos impresos o burilados en ambas caras. El Temperamento es
lo inamovible, y lo que otorga el valor de base (no es lo mismo una divisa de
bronce, una de plata y una de oro, ya desde el metal no tienen el mismo valor una moneda de oro y
una de níquel independientemente del impreso que figure en ambas caras) igual
que en la Personalidad, el Temperamento es la base biológica fija sobre la que
asientan los demás elementos que después se combinan con el aprendizaje y las
experiencias. La palabra “carácter” viene justamente del trazado de las
monedas, las cuñas, los relieves que le dan respaldo financiero.
En un piso más arriba
tenemos el carácter que es la suma de modificaciones que imprime el
ambiente al temperamento
original y se dan en forma
automática, sin dominio completo por parte del individuo. Carácter sería un
equivalente a característica propia de tal o cual persona. Las tendencias que
marcan la voluntad de cada uno y el modo de oponerse exitosamente a las que
considera perjudiciales son parte del núcleo del carácter. Ernest Kretschmer[1], psiquiatra alemán
(1888-1964) vinculó los rasgos del carácter a la biotipología que está
íntimamente ligada al temperamento. Kretschmer observó que las personas de baja
estatura y tendencia a la obesidad, a los que llamó hábito pícnico
sufrían más frecuentemente enfermedades del estado de ánimo, como la ciclotimia
o la Enfermedad Bipolar o Maníaco Depresiva. En cambio, las personas
físicamente atléticas y musculosas que denominó hábito mesomorfo tendían
a imponerse en las competencias deportivas y eran más proclives a las
patologías de tipo somatomorfo o hipocondríacos; frente a las personas altas y
delgadas, de hábito leptosómico frecuentemente asociadas con rasgos de
aislamiento social, tendencia a ocuparse de cosas extravagantes o misteriosas y
a presentar cuadros de la línea esquizoide o esquizofrenias. Otro psicólogo que
se ocupó especialmente del carácter fue Ludwig Klages[2] quien analiza un sistema
de móviles que van forjando el carácter, y divide a los mismos en:
a)
Móviles
espirituales (capacidad de entusiasmo, capacidad de razonar, deseo de conocer,
objetividad, capacidad de captar intuiciones, instinto creador, fidelidad a los
ideales y a las personas, sentimiento de deber, imparcialidad en los
juicios...)
b)
Móviles
personales (abnegación hacia los ideales, animales y plantas; amor a los recuerdos,
espíritu de empresa, necesidad de éxito, iniciativas, pasión, admiración,
valor, sentimientos familiares, bondad, caridad, dulzura, simpatía, compasión,
interés hacia los demás, egoísmo, desconfianza, maldad, ironía, desquite,
envidia, resentimiento, malevolencia...)
c)
Móviles sensuales
(deseo de vivir, adicciones a sustancias, morbidez erótica, sensualidad,
desenfreno, respeto, moderación, firmeza, utilitarismo, altruismo, sentido de
apropiación de la pareja, autoestima...)
Las distintas formas de combinar estos elementos, las
variaciones entre los dos extremos de Abundancia o Carencia de una cualidad
como envidia, los grados de inclinación del fiel de la balanza en cada
categoría son los elementos que conforman el carácter, según Klages.
Para las teorías psicodinámicas (Psicoanálisis) el
carácter es la suma de los mecanismos de defensas inconcientes que cada cual
utiliza normalmente como repertorio. Tenemos unos 20 mecanismos de defensa,
pero habitualmente tendemos a utilizar (sin darnos cuenta de ello, ya que son
inconcientes e involuntarios) 4 o 5 en forma sistemática. Según cuáles sean
estas 4 o 5 formas de respuestas tendremos tal o cual tipo de carácter marcado
en la Personalidad.
Personalidad[3]:
cuando el individuo integra esta suma de elementos en un todo unificador al
que se suma la Conciencia como eje, tenemos la personalidad que es la síntesis
de todos los elementos biológicos, temperamentales, caracterológicos y sociales
que nos definen con un modo único de ser en el mundo. No hay dos personalidades
idénticas; ni los gemelos que tienen exactamente la misma carga genética ya que
sus cromosomas son prácticamente réplicas (son los clones naturales) tienen la
misma personalidad.
La personalidad se va desarrollando desde el nacimiento y
alcanza su estructura hacia el final de la niñez. Desde los 5 o 6 años se
inicia un periodo que la escuela psicoanalítica llama de latencia y perdura hasta la pubertad. Con los cambios
hormonales que bullen en la pubertad se despiertan de nuevo los componentes
instintivos de la sexualidad y ésto remodela los impulsos y mecanismos
defensivos que se levantan para contenerlos. El uso de uno u otro mecanismo de
defensa inconciente con preferencia configura los rasgos de personalidad
característicos de cada uno. Por ejemplo, una persona que inconscientemente
utilice una y otra vez el desplazamiento y proyección tenderá a ser tímida e
introvertida.
El núcleo de la personalidad es el Yo, instancia del
aparato psíquico a la que Sigmund Freud asignó el rol protagónico en la
Conciencia. El yo tiene dos grandes áreas; primero el área emotiva que está
ligada a los conflictos dentro y fuera de la mente (externos e internos) y
segundo, el área llamada libre de conflictos donde radican las funciones
psíquicas superiores:
1)
Conciencia
2)
Voluntad
3)
Lenguaje
4)
Inteligencia
5)
Afectividad
Estas son las
funciones que exploramos en la psicosemiología. Los distintos signos y síntomas
que aparecen al explorar cada una de estas funciones nos darán las claves para
catalogar un conjunto de manifestaciones dentro de las categorías clínicas
conocidas. Es necesario tener presente un cuadro general de las enfermedades
mentales para poder reconocer las características que presentan al examen
clínico. Justamente, la palabra clínica viene del griego klinos, que
significa cama, porque junto a la cama del enfermo el médico recogía los datos
que lo llevaban a un diagnóstico con fundamento científico.
[1]
Puede leerse su obra Estructura del
cuerpo y del carácter, edit. Paidós,
Bs.As. 1972.
[2]
Obra citada: Los fundamentos de la Caracterología, Ludwig Klages, 3ra
edic. Edit. Paidós, 1965.
[3]
Personalidad viene de “Personna” que en la antigua Grecia designaba a la
máscara con la que se cubrían los actores para representar un
personaje u otro. Por ejemplo, la “personna” de Clitemmestra en La Orestíada de
Esquilo siempre tenía expresión furibunda ya que Esquilo la condena desde un
principio como uxoricida.