¡ESTA SEÑORA MERKEL!
Que la sobrevivencia de la canciller Ángela Merkel en el gobierno de Alemania tambalea, no es ningún secreto. Recientes encuestas publicadas en Berlín afirman que si las elecciones fueran hoy, la señora Merkel debería preparar sus valijas para la mudanza.
La UDC (Unión Democrática Cristiana) que preside y la mantiene en el poder se deshizo de la alianza con Partido Socialdemócrata, hace un año, dando un golpe de timón a la derecha en alianza con los eternos liberales que saben aprovechar cada conflicto de sus contrincantes.
La política de Frau Europa, se fue afianzando en el sentido menos esperado: el de un conservadurismo insano que propone postergar el desmantelamiento de las centrales nucleares 20 años más (previstas para el 2022, Frau Europa propone postergarlas hasta 2040, por las dudas..) lo que le ha valido la repulsa de miles de ciudadanos, desde adolescentes rappeers a jubilados decepcionados que han visto que Frau Europa ni es feminista, ni es ecologista ni tiene un compromiso social con el país.
En la reciente visita de la Presidenta Cristina Fernández, la Canciller alemana volvió a “recomendar” a la Argentina el tradicional monitoreo de las cuentas fiscales por parte del Fondo Monetario Internacional, cuyas recetas, seguidas a rajatabla, en 2001 nos llevó adonde todos ustedes saben de la mano del nunca bien ponderado Domingo Cavallo.
Argentina mantiene una deuda con el Club de París, que no es, como nos gustaría imaginar, un espacio social y cultural del barrio de Montmartre sino una asociación financiera de países acreedores (entre ellos Alemania) que exigen a la Argentina facturas, intereses y multas por el valor de 5800 millones de euros. Millones que los países del “Club de París” enviaban en graciosas remesas al gobierno militar ilegítimo de la Dictadura de los ’70 y ahora pretenden cobrar de un solo pago o, para aceptar el financiamiento, nos exigen entrar de nuevo en el recetario del Fondo Monetario, cosa que Argentina rechaza enérgicamente.
Bastó que el Gobierno se opusiera a la indicación de la Merkel de señalarnos de nuevo el camino que nos lleva al Fondo (tan al fondo que casi nos ahogamos en 2001), para que nuestra iluminada oposición política, que van desde los exabruptos de Mrs. Carrió a las evasiones de Mr. Morales y las gambetas de Alfonsín Jr., por no hablar de la actitud sibilina de Mr. Réuteman, se unirán a coro para denostar la enérgica repulsa de Argentina al “monitoreo” del Fondo.
No obstante decirlo, la canciller Merkel insistió con su recetita a través de cuanta vía se le posibilitó, como si fuese una vulgar lobista del F.M.I. quien está asesorando a Grecia para salir de la crisis y ya vemos cómo le va: está vendiendo islas al mejor postor. ¿No querrá la señora Merkel hacernos vender alguna provincia?
Insistiré la semana que viene con este tema de la Deuda, el Fondo y nuestra posición: me acaban de regalar un libro de Michael Mussa, ex Director del Departamento de Investigación del FMI, senior fellow de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, sí, correcto, acertó: la que bajaba línea a Cavallo y todos los Chicago’s boys de Latinoamérica.
Veremos qué dice don Mussa.
Alejandro Maciel, octubre 2010 (Para “Momarandu”)
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